Friday, July 01, 2011

José Cruz: a Diez Metros Bajo el Infierno


En el documental José Cruz: a diez metros del infierno(Jacob/2010), de Leobardo Jacob Lechuga, la vida del músico José Cruz Camargo Zurita, líder, compositor y cantante del grupo Real de Catorce, es narrada a través de una revisión sensible y minuciosa de sus canciones, lo que permite conocer un fragmento indispensable de la historia del blues mexicano, pero al mismo tiempo ilustra sobre la forma en la que José Cruz intenta remontar la esclerosis múltiple que padece, a través de la música.
La producción se exhibe durante esta edición 26 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), como largometraje documental fuera de competencia.
Cuando Jacob Lechuga visita, en 2006, a Cruz durante una crisis de la enfermedad, “acordamos hacer una biografía escrita”, para lo cual se dispuso una dinámica de visitas para entrevistar al músico los miércoles de cada semana, así “al ver la riqueza de la historia y cosas que desconocía, fue que coincidimos en iniciar un proyecto de documental” y, a partir de una “línea argumental” aprobada por Cruz, comenzaron.
De acuerdo con el director, el proyecto tuvo suerte porque, en 2008, se consiguió apoyo por parte del Fondo para la Producción Cinematográfica de calidad (Foprocine), además, en muy buen lugar, recursos con los que se produjo y, en 2010, se entró en fase de postproducción, lo que da como resultado un proceso de tres años, intensos, en septiembre de 2007 se dio la grabación de un primer concierto, en específico, para el documental, que tuvo lugar en la Sala Ollin Yoliztli.
Este largometraje, señala el director, “cobraba un interés diferente; cuando se hace un documental biográfico, pocas veces se cuenta con que el personaje esté vivo; a veces, se establece colaboración, pero puede pasar que entren en desacuerdo con lo que se dice; debido a esto, muchos acercamientos a figuras de la música son demasiado corteses y, en este caso, José no tuvo reticencia alguna en que indagáramos sobre las entrañas de su vida, lo que se plasma en el documental que, también, quisimos hacerlo con mucho respeto”.
Así, ante lo sorprendente de la vida de Cruz, comenta Jacob Lechuga, “para qué buscas la ficción, la realidad siempre la supera; en estos términos, contar una ficción sería hablar de una cosa que no es real; he ahí la razón de ser de la película. Creo que la vida de José Cruz es fascinante y había motivos para contarla”, por otro lado, “el documental, últimamente, ha estado tomando –de un tiempo para acá– un cariz muy jurídico, de pronto se está volviendo una herramienta judicial; se corre así un riesgo, que tome un rumbo no muy adecuado. Por eso creo que hay que acercarlo, lo más posible, a la hoguera de lo humano. Intentamos, en este largometraje, hacer un retrato lo más humano posible de Cruz: su vida, su música y su realidad”.

“En este sentido, José Cruz aceptó que se hiciera lo que quisiéramos con su música, canciones y poemas”, revela el director, “lo que nos permitió una libertad de trabajo creativo que se agradece mucho; aunque, también, hubo que atacar esos demonios particulares que son los gustos individuales sobre ciertos temas, lo que derivó en un esquema que hace uso de canciones útiles, que hablan y van generando un momento de vida; esas fueron las que fuimos colocando. Eran las canciones necesarias, las que debían estar, sobre ellas se montó la estructura narrativa”.
Para el propio José Cruz, que apenas ha visto el documental por segunda vez, durante el FICG, señala que, visto con más atención, le conmovió y complació mucho, no sólo por el manejo que se hace de su vida sino, también, por el involucramiento que lo hace muy cercano, respetuoso, consecuente, coherente y claridoso, por lo que el resultado “me gustó”.
Tras de su estreno en la Cineteca Nacional con gran éxito, refiere Jacob Lechuga, esta es la primera ocasión que el documental se exhibe, en el seno del FICG26; por otra parte, la
comercialización, difusión y promoción de la cinta, corresponde a Imcine pues, al haber obtenido recursos de Foprocine, el material es de ellos.
Ahora, José Cruz: a diez metros del infierno (Jacob/2010), deberá cumplir su ciclo en festivales; por lo pronto, se cuenta con cinco invitaciones para el resto del año, dos de ellas para viajar al viejo continente, pero estará también en la Gira Ambulante, DOCS DF, en Tepoztlán y Guanajuato. “Lo más seguro es que termine en DVD, creo que mucha gente lo está esperando así para poder verlo. Estamos contentos con el material, y ahí va”, afirmo Lechuga.
Por otro lado, detalla Jacob Lechuga, “el documental se concibió, de alguna manera, para ayudar a José Cruz y explicar lo que él tiene, ante la incomprensión para mirar una enfermedad como la esclerosis múltiple. Ojalá
que esa función pueda seguirse cumpliendo”; además, no se entra en una explicación de tipo clínico, pero “en la cúspide dramática, la idea es acercar a la gente al tema” ; así, la intención de fondo es “reflexionar acerca de que la esclerosis múltiple es algo parecido al infierno”.
Para Cruz, resulta “muy significativo” que a través del documental se acceda a canciones que reflejan una época y son importantes para generaciones de aficionados a su trabajo; sin ir más lejos, el año pasado se le hizo un reconocimiento en la Asamblea Legislativa del DF por “mi aportación a la cultura de mi país, la castellanización del blues y mi contribución a la poesía” y, en un país donde “los presupuestos para la cultura están casi negados o son muy pocos”, esto resulta de importancia.
Además de todo ello, José Cruz pertenece a la asociación Unidos Contra la Esclerosis Múltiple (UCEM) que busca “hacer comprender y sensibilizar a la gente acerca de esta enfermedad y la dis- criminación que sufren muchos de quienes la padecen”, señala el compositor y cantante, “me interesa que las personas entiendan lo que no entendieron mis músicos en Real de Catorce, porque por eso tronó el grupo, porque se negaron a comprender la enfermedad”.
Finalmente, establece Jacob Lechuga, se trata en el documental de “hacer justicia hacia la personalidad del músico, compositor, armonicista y letrista extraordinario que es José Cruz, que siempre sacrificó su nombre en
pos de la banda. Son pocos los antecedentes así. Este no es un documental sobre la banda, sino sobre José Cruz. La banda quizá merezca un documento aparte, cierto; habrá quien lo deba hacer. En este caso específico, la idea era destacar que den- tro de Real de Catorce había una bujía, un pistón que se reconoce por parte de los ex músicos del grupo: José Cruz; que tuvo sus contrapesos, también, pues hay quien dice que el documental homenajea, asimismo, a Pepe Iglesias, cierto, el documental está dedicado a él, incluso, aunque es un retrato de José Cruz, después de todo”.

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