Thursday, April 30, 2009

Se esperaba desde 1940 el escenario casi catastrófico que vive México: De la Fuente


Recomienda a Calderón hablar con claridad sobre la epidemia; la emergencia podría prolongarse

Claudia Herrera Beltrán

Como titular de la Secretaría de Salud (Ssa), al doctor Juan Ramón de la Fuente le tocó enfrentar las epidemias de cólera y dengue. A la luz de esa experiencia, asegura que en México se está viviendo el “escenario cuasi catastrófico” que se esperaba desde 1940 por la presencia de una pandemia de algún subtipo de influenza. Por esa razón, explica que sugirió al presidente Felipe Calderón tomar medidas para evitar sospechas sobre manipulación informativa que deriven en presión social.

Junto con sus antecesores Jesús Kumate y Guillermo Soberón, De la Fuente conversó ayer en Los Pinos con el Presidente sobre esta emergencia sanitaria. Según explicó a La Jornada, en esa reunión plantearon aciertos y errores en la estrategia seguida por el gobierno federal, con el ánimo de colaborar, porque no es momento para actitudes mezquinas. De hecho, resaltó que fue positivo tomar decisiones fuertes, como fue el cierre de escuelas, lo mismo que de restaurantes en el caso del Gobierno del Distrito Federal.

Se debe decir dónde comprar antivirales y cómo aplicarlos

Al también ex rector de la UNAM le preocupan cuatro puntos en particular: que el gobierno explique la información con absoluta claridad y transparencia, que difunda cómo se puede tener acceso a los antivirales, que se anticipe y explique el regreso a la normalidad cuando esto sea verdaderamente pertinente, además de la urgencia de apoyar al personal de salud, que –dice– está en la trinchera y en riesgo de ser infectado.

–El cierre de restaurantes provocó polémica. ¿Era una medida necesaria?

–Ante la magnitud del problema, todas las precauciones son oportunas y bienvenidas; creo que es una decisión acertada la que ha tomado el jefe de Gobierno, porque el foco principal ha estado en la ciudad de México. Como lo denominan en términos internacionales en la nomenclatura de epidemia, el outbreak, el brote, surge en nuestra ciudad. Más allá de que si el primer caso vino de California, eso tendrá que acabar de indagarse, el hecho es que el brote se da aquí y gracias a estas medidas se ha detenido el incremento de casos.

–¿Qué aconsejó al Presidente en cuanto al manejo de cifras?

–Sugerí absoluta claridad en las cifras, transparencia, veracidad y tratar de ordenarlas de la mejor manera posible para que todo el mundo le entienda porque, en efecto, ha habido cierta confusión. Por ejemplo, hay un número dentro del grupo de defunciones en el que no se tomaron muestras por la razón que haya sido. Creo que hay que decir cuántos fueron, porque en ese grupo que no se tomaron muestras no se tienen los análisis y va a resultar imposible saber qué pasó.

La población mexicana, que ha respondido de manera ejemplar, merece tener claridad absoluta en las cifras. Esta es una recomendación que espero que se atienda, porque si no eres muy explícito siempre queda un poco la sospecha de que pudiera haber manipulación.

–¿Qué riesgo se corre?

–Se pierde credibilidad, y en estos momentos se requiere que la autoridad sanitaria, que constitucionalmente tiene la responsabilidad del problema, tenga credibilidad.

–¿Las autoridades sanitarias se han visto rebasadas porque no tienen manera de hacer estudios y han dependido de los expertos de Estados Unidos y Canadá?

–Este es uno de los puntos críticos del sistema. Y aquí viene muy a cuento lo que durante tantos años hemos venido reiterando sobre la importancia de la ciencia, de la investigación científica para tener la infraestructura completa que nos permita en un momento como el que estamos viviendo no tener que depender de un laboratorio internacional para que nos confirme.

También se hizo la recomendación de que se dé a conocer de manera explícita la administración de los medicamentos antivirales. Al no haber vacuna, la gente quiere medicina, y esto es natural; las personas quieren tener fármacos a la mano, y en consecuencia hay que decirles con toda claridad cuándo hay que tomarlos, quién y cómo.

–¿Qué otras sugerencias hubo?

–Que nos preparemos muy bien para el regreso a la normalidad. Esto es muy importante, ya que no sabemos a ciencia cierta cuándo será; se tiene pensado que será el 6 de mayo, pero creo que por la misma dinámica de la epidemia la decisión final se va a tomar el día anterior.


No reanudar actividades si faltan condiciones de seguridad

Primero, que si las condiciones no son de suficiente seguridad no se reanuden las actividades, porque si no, podemos quedar atrapados en el peor de los escenarios posibles, y segundo, que nos preparemos para el regreso. Si es el día 6, es el día 6, si es otro día, pues es otro día, pero regresar a la normalidad conlleva una serie de implicaciones complejas, porque no va a ser sencillo. Esto implica dar seguridad a los padres de familia de que sus hijos van a estar a salvo en la escuela, definir si va a ser necesario seguir o no con cubrebocas, y si la respuesta es sí, pues hay que tenerlos.

–¿Usted lo mide en semanas, meses, porque parece que estos días que se pusieron como plazo no son suficientes?

–La epidemia seguramente va a durar mucho tiempo más, y va a venir una onda, así se les llama a los ciclos de las epidemias –aclara–; viene una primera onda y seguramente después viene una segunda, hay que estar preparados; este es un proceso que va a durar.

–¿A qué atribuye que la gente está muriendo en México y no en otros países?

–En eso nos está haciendo falta información. Yo diría que es urgente saber con precisión el diagnóstico definitivo de quienes han fallecido; si es necesario, también lo he dicho, que se hagan estudios post mortem, hay que hacerlos. A todos nos ayudaría saber si de esta lista de fallecimientos hubo tantos que murieron por esta neumonía, por otro germen o por cáncer, o por otra causa.

“Una hipótesis que creo que es viable, la planteo como hipótesis –precisa–, es que cuando llegaron al servicio médico venían en condiciones muy graves”.

–¿El Presidente adquirió algún compromiso con ustedes?

–De volver a reunirse con nosotros en los próximos días.

–¿Qué planteamientos hicieron los otros ex secretarios?

–El doctor Soberón insistió mucho en el avance de la investigación y en que la medicina genómica no se interrumpa, porque estos trabajos apenas están empezando a darse en México.

El doctor Kumate hizo ver que habría que tratar no sólo de tener el número completo de cubrebocas que se requiere, sino de la calidad necesaria, y también él, con su experiencia, enfatizó que hay un elemento de incertidumbre en la duración de estos procesos y que hay que estar preparados por si duran más tiempo.

–¿Cómo proteger a los médicos, ya que se tiene información de uno fallecido que trabajaba en el ISSSTE?

–Hasta donde yo sé, hubo un médico que falleció; es muy lamentable, pero hay que dar respaldo a todo el personal de salud, porque ellos están en la primera línea de riesgo.

Faltan varias cosas. Primero, respaldo explícito de las autoridades hacia el personal de salud, a los bomberos, para que cuenten con antivirales y trajes especiales.

–¿Se requieren recursos adicionales?

–Lo primero que hizo el presidente Obama fue solicitar al Congreso mil 500 millones de dólares más para poder contender con eficiencia. Claro que se necesitan recursos, y creo que en esto el Estado no puede escatimar ni un centavo.

–¿Tendría una estimación de cuánto dinero debería disponer el Presidente?

–La parte de prevención y atención cuesta cientos de millones de pesos, y si esto se prolonga serán miles de millones. No puedo pensar que en este momento el país tenga una prioridad mayor; si inclusive el Banco de México subasta periódicamente varios cientos de millones de dólares para apuntalar nuestra moneda en este momento, hay recursos que deben disponerse.

–¿Usted percibe que ya hay pánico?

–Yo creo que en algunos sectores empieza a despertarse; hay un poco de polaridad, ya que hay quienes todavía no le dan importancia al asunto y hay quienes ya están entrando en pánico. Creo que debemos tratar de encauzar el problema en términos sociales. Encontrar equilibrio entre la conciencia de la gravedad y no perder la serenidad y la calma. Para ello es fundamental hablar con la verdad.

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